Escuchar formas binarias y ternarias

Cuando buscamos ampliar nuestros horizontes musicales y culturales, y para ello tenemos la intención de escuchar un poco más de música “clásica”, nos topamos con una serie de dificultades: por un lado, la enorme cantidad de música que hay, tanto en youtube, spotify, itunes, así como en la colección de cds de algún familiar o amigo, por lo que es difícil decidir por dónde empezar, y por otro lado, una vez que empezamos a escuchar alguna pieza, no sabemos qué buscar o cómo orientarnos en ella.

Una herramienta que normalmente le sugiero a mis alumnos, es la lectura del libro de Aaron Copland titulado “Cómo escuchar la música”. El cual, a pesar de haber sido escrito en 1939, nos ofrece algunas alternativas válidas aún, sobre todo para relacionarnos con la música de los compositores del pasado. que son de los que más hemos escuchado hablar y que muy probablemente sean los autores de las primeras obras que intentemos abordar, con la dificultad para el primerizo, de que no hay una letra como en las canciones que hemos escuchado desde niños por todos lados.

La música de concierto nos ofrece una experiencia muy diferente a la de la música compuesta con el objetivo de entretener, o de provocar la necesidad de bailar. También nos demanda un tipo diferente de escucha, nos pide escuchar como “actividad única” y no escuchar como fondo mientras realizamos otras tareas.

Copland nos ofrece en su libro exponer los fundamentos de la audición inteligente de la música, para que seamos oyentes lo más conscientes y despiertos que sea posible. También nos dice que no se puede entender mejor la música solo con leer un libro sobre ello, porque es indispensable escucharla. Nada sustituye a la experiencia directa con la música.

La principal herramienta para iniciar este camino de mejorar nuestra relación con la música, es la de poder reconocer una melodía cada vez que se le escuche. No necesariamente poder cantarla o reproducirla en un instrumento, sino reconocerla cuando se le vuelva a escuchar, aunque haya pasado algún tiempo y otras ideas dentro de la misma obra.

Para que este proceso sea más sencillo y claro, podemos tener la ayuda de la vista. En los siguientes vídeos, vamos a practicar escuchar la forma binaria, que se representa por las letras A-B. Estas letras me indican identidad. Así, puedo representar la repetición literal de una sección (A-A) o si tengo dos secciones diferentes (A-B)

Tendremos en estos vídeos la línea de tiempo que va de izquierda a derecha, así como unas indicaciones visuales de la sección que estamos escuchando. Sigue la linea de tiempo y trata de reconocer cuando una sección se repite. Después trata de aplicar lo mismo en otras piezas.

La forma binaria fue muy usada durante el barroco, sobre todo en las suites, que son obras constituidas por piezas breves de carácter dancístico, cada una con un tempo y un carácter diferente. Aquí tienes un punto de partida para comenzar con una escucha más consciente de la música instrumental.

El audio es extraido del disco de las obras completas para Clavecín de Bach, interpretadas por Christiane Jaccottet
El audio es extraido del disco de las obras completas para Clavecín de Bach, interpretadas por Christiane Jaccottet

En este caso, la pieza es un poco más extensa, ya que cada una de las secciones grandes, representadas por los nombres minueto-trío-minueto, es a su vez una forma binaria:

El audio es extraido del disco de las obras completas para Clavecín de Bach, interpretadas por Christiane Jaccottet

Espero que esta entrada alimente tu curiosidad de entrar en contacto con este tipo de piezas, y poco a poco ir evolucionando para poder escuchar obras con una mayor extensión, siendo capaces de relacionar los contenidos y su evolución en el tiempo musical.

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