Jean Sibelius nació en el todavía llamado Gran Ducado de Finlandia, que no era más que el nombre que le daba el Imperio Ruso al territorio que hoy conocemos como Finlandia. Este ducado terminó con las consecuencias de la 1ª Guerra Mundial en 1917, dando así su independencia al país nórdico.
Los sentimientos nacionalistas empezaron a relucir como reacción a las fuertes y estrictas políticas de rusificación del territorio en la última década de 1800. Para entonces, concretamente en 1899, Sibelius con 34 años, comenzaba su fama como un compositor con profundas ideas nacionalistas, lo que se escuchaba ya con su primera sinfonía.
La oportunidad de expresar de manera directa su sentimiento patriótico se dio con las celebraciones que organizó la prensa finlandesa para recaudar fondos y hacer frente a la censura que imponían los rusos. Estas celebraciones, por tanto, se tenían que hacer con muchos mensajes escondidos y la música comisionada a Sibelius no fue la excepción. Para estas celebraciones compuso una colección de piezas para orquesta que representaban 7 diferentes momentos y circunstancias de Finlandia. La última de estas piezas se dio a conocer con el nombre de “Finlandia despierta”, aunque por la misma censura ya antes mencionada, se manejaron otros nombres como ”Sentimientos felices por la Primavera Finlandesa” o “Marcha coral escandinava”, títulos que no favorecían a la pieza y que resultaban bastante confusos.
Fue un año después que Sibelius revisó la pieza y la tituló simple y sencillamente como hoy se le conoce: Finlandia.
Finlandia es un poema sinfónico, que es una forma que describe musicalmente una historia, un personaje, un lugar, un evento histórico, algo que valga la pena de contar musicalmente hablando. En el caso de nuestra obra, el sentimiento y la visión del compositor por su país. Sibelius mismo expresaba que no quiso copiar o imitar en lo absoluto la música folclórica pero si basarse en ella para crear música totalmente original.
Por eso podemos dividir la pieza en tres partes importantes: su introducción oscura, sobria, solemne que podría quizás representar la resistencia del pueblo ante sus adversidades; una parte medular que representa el heroismo del pueblo y su voluntad a salir victoriosos y su última parte, quizás la más famosa y por la cual Sibelius se consolida como el compositor de Finlandia país, el himno final, un coral a cargo de los alientos y metales que se convirtió rápidamente en el segundo himno nacional de la nación. Tanto que casi 40 años después es cuando el poeta finlandés Veikko Antero Koskenniemi pone letra a la música y en algunas ocasiones se interpreta la pieza con coros incluidos.
Compartimos por eso las dos versiones del Finlandia de Sibelius: la original y la coral. A disfrutar y dejarse llevar un pequeño trozo de historia y sentimiento finlandés.
