Nuestro valor intrínseco

¿Qué nos hace valiosos como seres humanos? ¿Es nuestra inteligencia, nuestra creatividad, nuestra capacidad de cambiar? ¿O es algo más profundo, más esencial, que no depende de nuestras cualidades o circunstancias?

En este artículo, quiero explorar la idea de que tenemos un valor intrínseco como seres humanos, es decir, un valor que no se deriva de nada externo a nosotros mismos, sino que es inherente a nuestra naturaleza y dignidad. Un valor que no se puede perder ni disminuir por nada que hagamos o nos pase.

El valor intrínseco es una noción filosófica y ética que se basa en el principio de que todo ser tiene un fin en sí mismo y no es un medio para otro fin. Esto implica que todo ser merece respeto y consideración por el simple hecho de existir, y que no se le puede usar o explotar para beneficio de otros.

El valor intrínseco se contrapone al valor instrumental, que es el que se asigna a algo o alguien en función de su utilidad o conveniencia para un propósito determinado. Por ejemplo, un coche tiene un valor instrumental porque nos sirve para transportarnos, pero no tiene un valor intrínseco porque no tiene una finalidad propia.

¿Por qué los seres humanos tenemos un valor intrínseco? Hay diferentes argumentos que se pueden dar desde distintas perspectivas: religiosa, humanista, ecológica, etc. Algunos de ellos son:

– Desde una perspectiva religiosa, se puede afirmar que los seres humanos tenemos un valor intrínseco porque somos creados por Dios a su imagen y semejanza, y porque somos amados por Él incondicionalmente. Esto nos confiere una dignidad y una vocación sagradas que nos distinguen de las demás criaturas.

– Desde una perspectiva humanista, se puede sostener que los seres humanos tenemos un valor intrínseco porque somos portadores de una racionalidad y una libertad que nos permiten conocer la verdad, elegir el bien y realizar el bien común. Esto nos hace responsables de nuestros actos y de nuestro destino, y nos otorga una autonomía moral y política.

– Desde una perspectiva ecológica, se puede defender que los seres humanos tenemos un valor intrínseco porque somos parte integrante de la naturaleza y porque tenemos una sensibilidad y una conciencia que nos hacen capaces de apreciar la belleza y la armonía del cosmos. Esto nos hace custodios y cuidadores de la vida y del planeta.

¿Qué implicaciones tiene reconocer nuestro valor intrínseco como seres humanos? Algunas de ellas son:

– Implica respetar nuestra propia integridad física, psicológica y espiritual, y no dañarnos ni dejarnos dañar por nadie ni por nada. Implica también cuidar nuestra salud, nuestro bienestar y nuestro desarrollo personal.

– Implica respetar la dignidad y los derechos de los demás seres humanos, sin discriminarlos ni explotarlos por razones de sexo, edad, raza, religión, cultura o cualquier otra condición. Implica también promover la justicia, la solidaridad y la paz entre las personas y los pueblos.

– Implica respetar la diversidad y la interdependencia de todas las formas de vida, sin abusar ni depredar los recursos naturales ni alterar los equilibrios ecológicos. Implica también contribuir al cuidado y al enriquecimiento de la biosfera.

El valor intrínseco entonces, es el valor que tenemos por el simple hecho de existir, de ser personas con dignidad, derechos y potencialidades. No depende de nuestras circunstancias externas, de nuestros logros o fracasos, de nuestra apariencia o de lo que otros piensen de nosotros. Es un valor que nos pertenece desde que nacemos hasta que morimos, y que nadie puede quitarnos ni disminuir.

Sin embargo, muchas veces olvidamos o ignoramos nuestro valor intrínseco, y nos dejamos llevar por las opiniones, las expectativas o las presiones de la sociedad. Nos comparamos con otros, nos juzgamos a nosotros mismos o nos sentimos inferiores o superiores. Nos enfocamos en lo que nos falta o en lo que nos sobra, y no en lo que somos. Nos apegamos a cosas materiales, a roles o a identidades que creemos que nos definen, pero que en realidad nos limitan.

Para recuperar nuestro valor intrínseco, necesitamos hacer un trabajo de autoconocimiento y autoaceptación. Necesitamos reconocer nuestras fortalezas y debilidades, nuestros sueños y miedos, nuestros valores y principios, fortaleciendo nuestra autoestima en el proceso. 

En el ámbito musical y artístico, necesitamos poner nuestro trabajo y nuestra técnica al servicio de ese ser esencial y no, como ocurre muchas veces, poner a nuestro ser al servicio de nuestra técnica, o de nuestra carrera, o de la opinión de los demás. 

Busquemos poner nuestras herramientas al servicio de ese ser para poder expresar y compartir nuestro valor intrínseco. Necesitamos vivir de acuerdo con nuestra esencia, con nuestra autenticidad, con nuestra vocación. Necesitamos poner nuestro trabajo y capacidades al servicio de un propósito mayor, de una causa noble, de un bien común. Necesitamos relacionarnos con los demás desde el respeto, la empatía y la solidaridad.

El valor intrínseco es lo que nos hace humanos, lo que nos une y nos diferencia al mismo tiempo. Es lo que nos da sentido y dirección a nuestra vida, la verdadera fuente de originalidad. Es lo que nos permite ser felices y hacer felices a los demás. Por eso, te invito a reflexionar sobre tu valor intrínseco, a reconocerlo y cultivarlo en ti mismo y en los demás. Te aseguro que valdrá la pena.

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